04-08-21

QUE la Secretaría de Salud estatal, encabezada en ese tiempo por Mónica Liliana Rangel Martínez, haya guardado en forma injustificada al menos 423 toneladas de medicamentos en los Almacenes Generales de la dependencia mientras que los hospitales públicos sufrían de desabasto, no es una irresponsabilidad, es un acto criminal que no debe de quedar impune…

ENTRE LOS medicamentos criminalmente guardados se encontraban: analgésicos, desde simples aspirinas, Ketorolaco, Paracetamol, Iboprufeno y Dexmedetomidina, pasando por las vitales Insulina, Arcabosa y Metformina para atender la diabetes, Dexametasona, un desinflamante para tratar entre otras cosas la artritis y últimamente aplicado a pacientes críticos con Covid-19, Bezafibrato, utilizado para disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos, antibióticos como la Ciprofloxacina, Bencilpenicilina y Amoxicilina, así como sueros, soluciones electrolíticas, de Hartmann o Ringer, sustitutos de plasma y cloruro de sodio, medicamentos para el dolor crónico como Fentanilo, anestésicos y sedantes como Midazolan, Profopol y Cisatracurio, hasta químicos para la hipertensión y demás enfermedades cardiovasculares, por cierto la primera causa de muerte en la entidad, como Captopril, Enalapril, Losartan o Meoprolol…

ESTAMOS hablando de 423 mil kilogramos de medicamentos, cientos de miles de cajas, millones de capsulas, pastillas y frascos de medicinas que debieron de ser distribuidas en tiempo y forma para paliar el dolor y la enfermedad de los potosinos, pero que no se hizo y fue que hasta que llegó el nuevo titular de los Servicios de Salud Estatales, Miguel Ángel Lutzow, en febrero pasado, que se detectó el criminal almacenamiento de estos medicamentos, para posteriormente, en los últimos meses, presuntamente distribuidos a diferentes nosocomios en más de 900 embarques…

PRIMERO fueron cientos de millones de pesos del presupuesto destinado a la salud de los potosinos, desviados cínica y descaradamente por Mónica Rangel por medio de una red de corrupción a empresas, la mayoría fantasma, una buena parte de ellas propiedad del pseudo empresario Gabriel Salazar Soto alías “el gabo”, este burdo y vulgar saqueo de las arcas públicas, provocó que los ya de por sí insuficientes y debilitados servicios de salud en San Luis Potosí estuviera peor que nunca, posteriormente, el actual titular de Salud, el Dr. Lutzow, reconocía que en recibió una dependencia donde “no existía” la disciplina financiera, al recibir una deuda de más de 2 mil 600 millones de pesos, que se vio obligado a solicitar un préstamo para poder pagar los salarios…

DESPUÉS, abandonar la Secretaría de Salud en el peor pico de la pandemia, en enero pasado, para irse a la candidatura a la gubernatura por Morena, que perdió estrepitosamente en las urnas quedando en un lejano tercer lugar. Luego, se detectó que un tomógrafo con un costo de alrededor de 22 millones de pesos, llevaba cinco años almacenado, afortunadamente los técnicos encontraron al aparato perfectamente embalado y en buen estado, la vida útil de este tomógrafo era de 10 años, se perdió la mitad de ella sin uso y ahora, 423 toneladas de medicamentos básicos y especializados, también guardados irresponsablemente. ¿Quién protege a Mónica Rangel?, ¿cuál es el compromiso del gobernador Juan Manuel Carreras para que no se haya castigado estas corruptelas y graves irregularidades?, ¿por qué el Fiscal General del Estado tiene “guardadas” las decenas de demandas penales contra Rangel Martínez?, ¿cuántos potosinos se pudieron aliviar o incluso salvar la vida si el tomógrafo y los medicamentos almacenados se hubieran utilizado correctamente?…

PERO aunque han mejorado marginalmente las cosas en cuestión de salud con la salida de Mónica Rangel, aún hay muchas deficiencias, por ejemplo, en el Hospital General de Soledad designado “Hospital Covid” desde inicio de la pandemia, desde hace un mes que médicos y enfermeras no reciben sus salarios, hay gran indefinición desde que este nosocomio pasó de la tutela estatal al federal, al INSABI para ser exacto, mucho personal sanitario contratado a inicio de la pandemia fue despedido, trabajadores de salud y administrativos del Hospital Central fueron “absorbidos” y trasladados al General de Soledad, y también a muchos se les adeudan sus sueldos, además de que existe un total desabasto de insumos y medicamentos, a tal grado que son los familiares de los pacientes que tienen que llevar las medicinas y demás material, y ni el gobierno del estado ni el federal dan la cara, pero en fin…Armando Acosta

 

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