La Virgen de Guadalupe, confinada en su mero día

[EFE]

México.- El año 2020 dejó este sábado su enésima imagen inédita con el cierre a cal y canto de la Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México en el gran Día de la Virgen, que diluyó el sueño de millones de fieles que cada año participan en la peregrinación católica más grande del mundo.

El mismo presidente, Andrés Manuel López Obrador, celebró en redes sociales “la responsabilidad del pueblo de México ante la pandemia” por no acudir al templo dedicado a la Guadalupe, patrona de América Latina, pese a ser el símbolo más venerado por los mexicanos.

Lo cierto es que, ante el disparo de contagios de covid-19 en la capital, la basílica amaneció desde el viernes blindada por verjas y cordones policiales que evitaron la tradicional peregrinación de cerca de 12 millones de personas que cada año deriva en una concentración masiva a su alrededor.

“Ya teníamos que venir, hasta donde pudiéramos llegar, lo importante es hacer la caminata”, contó a Efe Daniel, un joven de 26 años que caminó durante siete horas desde el sur de la capital con cubrebocas y un cuadro de la virgen morena a cuestas para pedirle salud y trabajo.

Su congregación tuvo que cancelar una peregrinación desde el vecino estado de Puebla el pasado noviembre, pero Daniel ni se planteó renunciar al Día de la Virgen. Por eso, junto a dos amigos fue burlando los cordones policiales a través de callejuelas hasta llegar a una cuadra del templo. Ya no pudo avanzar más.

“Me da pena porque estamos acostumbrados a llegar cada año a la basílica y no se pudo”, contó.

Fueron pocos los que, como Daniel, lo intentaron. La pandemia doblegó el fervor y no dejó ni rastro de los habituales ríos de gente, ni de las tiendas de los peregrinos que acampan en la zona ni de los sacrificios de los más devotos, que llegan al templo de rodillas para agradecer milagros a la Virgen.

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