Pandemia deja a Saúl sin trabajo y ofrece burritos

Flor Martínez

[San Luis Hoy]

Pese a las dificultades y retos que significa trasladarse en la Zona Metropolitana que carece de accesos para discapacitados, Saúl Bravo de 24 años de edad recorre diariamente en su silla de ruedas la avenida San Pedro, Valentín Amador, la carretera a Matehuala y hasta el Centro Histórico, ofreciendo burritos que el mismo prepara, ya que a raíz de la pandemia se quedó desempleado.

Pese a un accidente de tránsito que sufrió hace poco más de dos años, lo que lo dejó en sillas de ruedas, Saúl ha salido adelante y continúa motivado e incluso más productivo.

Explica que antes del accidente trabajaba en un restaurante-bar en el área de cocina, barra, mesas, caja y tiene experiencia como barman, misma que le sirvió para laborar en salones de eventos, pero derivado de la pandemia dejo de percibir ingresos al no haber eventos sociales.

Por ello, desde hace dos meses recorre las avenidas de Soledad y los viernes y sábado llega hasta el Centro Histórico de la ciudad, para ofrecer sus burritos.

Saúl aprovecha y señala que las personas interesadas en su servicio pueden comunicarse al teléfono 4443111219 para realizar su pedido, ya que además prepara desayunos.

LUCHA POR SOBRESALIR

Desde las seis de la mañana Saúl prepara los guisos para sus burritos, tratando de variar el menú diariamente que va desde huevo verde, rojo, mole, frijoles con queso y chicharrón.

Si bien considera que a la infraestructura de la ciudad le falta accesibilidad para personas con discapacidad, por su parte tomó un curso para manejo de silla de ruedas, es por ello que tiene la habilidad de subir banquetas, aunque no haya rampas.

Platicó que realiza terapias prácticamente todos los días, así como ejercicio, sobre todo para no perder masa muscular, debido a que ha estado adelgazando por la falta de movimiento.

Lamentó la falta de unidades de transporte público con rampas, por lo que se tiene que trasladar hasta el Centro Histórico en su silla de ruedas, “si me gustaría que los camiones que van para donde yo vivo en la colonia San Francisco, cuenten con rampas, ya que no me conviene pagar taxi”.

Criticó que no exista ni cultura vial entre conductores que no respetan los señalamientos y obstruyen las pocas rampas que existen.

Sobre su negocio, comentó que hay mucha gente que todavía no lo conoce y hay días que se le quedan muchos burritos, que se tiene que comer o regalar a otras personas necesitadas.

Tiene la esperanza de que algún día pueda contar con un local fijo, pues la pandemia no se ha detenido y él tiene que exponerse a otro accidente ofreciendo su producto, incluso con la lluvia, ya que a la fecha no ha recibido ningún tipo de apoyo de alguna autoridad.

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