Martín Rodríguez
[San Luis Hoy]
Investigadores de Instituto Potosino de Investigación en Ciencia y Tecnología (Ipicyt) y del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) buscan producir etanol e hidrógeno mediante bacteria de genética modificada, y tratar de acelerar la carrera para la sustitución de los combustibles fósiles.
La Escherichia coli utilizada es capaz de realizar eficientemente la coproducción de hidrógeno y etanol en comparación con otros procesos.
El etanol e hidrógeno son de gran interés para sustituir el uso y abuso de combustibles fósiles y así reducir el daño ambiental.
En un trabajo de investigación interinstitucional entre investigadores del IPICYT y el CINESTAV se ha demostrado que mediante la modificación genética de la bacteria Escherichia coli, se podría llegar a coproducir etanol e hidrógeno en biorrefinerías de una manera sustentable, ambiental y económica.
Antonio de León Rodríguez, investigador de la División de Biología Molecular, dio a conocer que este trabajo de investigación ha sido publicado recientemente en la revista Chemical Engineering Journal, una de las más importantes a nivel mundial por su factor de impacto, bajo el nombre de: “Coproducción de etanol-hidrógeno por Escherichia coli modificada genéticamente en biorrefinerías sostenibles para la producción de etanol lignocelulósico”.
“Demostramos el impacto que tiene la coproducción de hidrógeno y etanol mediante un proceso denominado fermentación oscura, en el que se utiliza una bacteria genéticamente modificada, que produce simultáneamente ambos biocombustibles en lugar de ácidos carboxílicos a partir de residuos agrícolas, esto tiene un gran impacto en la sustentabilidad ambiental y económica de una biorrefinería basada en residuos agroindustriales”, explica el Investigador del IPICYT.